“El sector europeo de la gestión de residuos tiene un papel que desempeñar en la descarbonización de nuestra sociedad, evitando la combustión de combustibles fósiles y el uso de materias primas vírgenes; tiene un papel que desempeñar en la promoción de una economía circular, mediante la producción de materias primas secundarias y el tratamiento seguro de los residuos no reciclables; y tiene un papel que desempeñar en la independencia energética de la UE, proporcionando energía de una fuente local, fiable y segura. Este papel esencial debe reconocerse de forma coherente en toda la legislación de la UE y sus requisitos deben establecerse de forma clara y realista con un enfoque holístico”. Así se pronuncia Peter Kurth, presidente de FEAD – European Waste Management Association.
Hace poco, los estados miembros de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo político para la reducción voluntaria de la demanda de gas natural en un 15% este invierno, y la Comisión Europea presentó el Plan REPowerEU en respuesta a las dificultades y la perturbación del mercado energético mundial causado por la invasión rusa de Ucrania, pero bajo estar circunstancias el sector de la gestión de residuos no está todavía explotando toda su capacidad de producción y ahorro de energía.
En este contexto es fundamental poner fin a la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos y hacer frente a la crisis climática “a través del ahorro de energía, la diversificación de los suministros energéticos y el despliegue acelerado de energías renovables para reemplazar los combustibles fósiles en viviendas, industria y generación de energía”. Aquí, el sector de la gestión de residuos tiene un papel fundamental que desempeñar como:
- Las operaciones de reciclaje y recuperación de residuos ahorran recursos materiales, energía y emisiones de CO2 al evitar la extracción, procesamiento y uso de materias primas vírgenes y combustibles fósiles.
- La electricidad y el calor producidos a partir de residuos a través de la incineración y la digestión anaerobia se generan a partir de una fuente local, fiable y segura, lo que permite diversificar nuestro suministro energético, en particular en lo que respecta a las redes de calefacción y refrigeración urbanas, y acelera el despliegue de energías renovables.
- Reciclar una lata de aluminio ahorra el 90% de la energía necesaria para producir una nueva.
- Una bolsa de basura se convierte en la energía necesaria para 7 duchas calientes.
- Las plantas de valorización energética en Europa pueden actualmente suministrar electricidad a 18 millones de habitantes y calor a 15,2 millones de habitantes.
- La producción de energía de las plantas de conversión de residuos en energía es aproximadamente un 50% renovable.
- El sector de la gestión de residuos es casi neutro en CO2 y se convertirá en un ahorrador neto de CO2 con un enorme potencial de reducción de emisiones: solo mediante la aplicación exitosa de la legislación municipal actual sobre residuos y los mismos objetivos de reciclaje y vertido de residuos industriales y comerciales para 2035 en toda la UE27 + Reino Unido, podría ahorrarse 150 Mt CO2eq. Esto representa casi la mitad de las emisiones de España en 2019.
Para que el sector pueda cumplir su papel y lograr desarrollar su capacidad plena, estas contribuciones positivas deben ser plenamente reconocidas, haciendo que el sector de la gestión de residuos sea elegible para cualquier herramienta regulatoria relevante. Para ello, el sector reclama:
- La preservación del estatus de residuo biodegradable en la Directiva de Energías Renovables.
- El reconocimiento de la recuperación de energía (R1) a partir de residuos no peligrosos, residuales y recogidos selectivamente en la taxonomía de la UE como una actividad que contribuye sustancialmente a una economía circular.
- La implementación de medidas que fomenten los mercados de recuperación y reciclaje en la UE a través de:
- apoyo publico;
- objetivos obligatorios de contenido reciclado en la legislación sectorial;
- criterios obligatorios de contratación pública ecológica;
- incentivos económicos (es decir, IVA reducido para productos que reincorporen materias primas provenientes del reciclaje); y
- Criterios de eliminación de residuos en toda la UE, cuando sea factible, para facilitar las exportaciones de materias primas secundarias del reciclaje dentro y fuera de la UE.
*Fuentes para la elaboración de este artículo: Revista Técnica de Medio Ambiente – Retema y Comisión Europea.